Quisiera apagar las luces que alumbran mi oscuro camino, quisiera que las voces que retumban en mi silencioso camino callaran y quisiera que la soledad que acompaña mi alma desde que existo tomara mi mano.
No importa lo mucho que me aferre a ella, ella nunca me aceptará, sin ella mi corazón latiente olvida su razón de vivir, el único amor que me hace revolver cada suspiro es el encadenamiento hacia la perdición.

Mis brazos no arroparon, mis labios no sellaron… Toda estrella que me persiga se desvanece en el olvido, no importa cuánto camine el único amor que seguirá latente es el que siento por la calidez de la angustiosa soledad.
Desde el primer momento fue mi perdición el saborear los frágiles brazos del cristalino desamparo.
La indecisión que me ata con su amor ansioso corre tras de mí como una sombra celosa de una soledad tan bella como la delicada luna llena que alumbra al bullicio de las ciudades.
Como no amar la cálida tristeza de sus ojos transparentes, como no amar su sabiduría, como no amar su angustioso sabor a melancolía, como no amar tu verdad oculta, mi preciada soledad.

No espero que mi algarabía sea respondida por tu sosiego pero si espero que mi sonrisa sea la estrella que ilumine tu noche sin luna, porque compartir el mismo corazón nos enlaza eternamente.
Sé que no me ves, sé que no me aceptas pero pese a eso yo te amo y siempre corrí tras de ti,  mi apreciada soledad.

Un amante no correspondido

Damos las gracias a un amante no correspondido y deseamos que pronto encuentre a su verdadero amor.