A veces me pregunto porque tanto sufrir, porque nos pasan tantas cosas inevitables…. Miro hacia arriba buscando una respuesta y ni una respuesta cae. Pero reflexionando me doy cuenta que el sufrir es por nosotros mismos. Una historia supuestamente de amor rápida os voy a contar.

El y ella se conocían del instituto, ella no le llamaba la atención, él la dejaba en su casa casi todos los días a causa de que ella vivía lejos y el tenia vehículo. Un día hablando con él, le empezó a llamar la atención por su forma de pensar, y por cosas que a ella le gustaban. Ella a veces estaba un poco mal ya que vivía en un Centro de protección de menores y le daba buenos consejos y la ayudaba a mirar las cosas desde otro punto, ella en ese tiempo lo veía todo oscuro, no se quería ni a ella misma, su vida estaba al borde de un precipicio, no encontraba ni una motivación.

Empezaron a hablar con frecuencia, a verse más de lo normal ella ya empezó con las bromitas de los besos, de los toqueteos y una noche se vieron y tenían ganas de acariciarse. Lo hicieron. Ya no podían estar separados, empezaron a verse tres veces por semana, y terminaron viéndose todos los días, estaban locos uno por el otro.
Se peleaban, discutían, pero nada de eso les afectaba, seguían queriéndose del mismo modo.

Llego un día, en que ella tuvo que viajar a Jerez, porque la trasladaban de Centro, los dos con gran tristeza, se abrazaron llorando y se besaron.
Hicieron el amor como si fuera el último día de su vida; se amaban tanto en ese momento, que ella no sabía cómo hacerse la idea de estar sin él y su amado le prometió que iría a buscarla al siguiente fin de semana, ya que no podía vivir sin ella.
Al cabo de unos días de estar en Jerez una amiga le contó un secreto que la chica no sabía de él. Tuvo un gran disgusto y ahora se encuentra engañada y muy sola. A veces sale a la ventana pensando que su amor vendrá a buscarla, tiene la esperanza de que lo que le contaron de él no era verdad, que no tenía una novia formal y seguirían con su amor.

Pero él nunca la vino a buscar.

Miriam
Agradecemos a Miriam esta carta de desamor.