CARTA A QUALQUIER MUJER

Mírate a ti misma en el espejo. Eres distinta a las demás porque tienes esencia de mujer. Eres otra cuando te miras en el espejo y te miras sincera y franca.  Eres tú misma. Mírate bien así, eres tú misma siendo otra mujer cada día, como las gotas de un río de abierto cauce.

¡Tú desembocas infinita en la mar!  Porque entre lo esperado y las sorpresas de la vida, estás lista para ser tú. Porque eres distinta a cualquiera, ámate. Sobre todo cuando te miras desnuda en el espejo:, despojada de esos prejuicios que no te hacen ser tu misma, de las cadenas que no te dejan ser en libertad, de las máscaras con las que los otros te miran.

Mírate despojada de todo aquello que te impide hacer el amor cada noche y cada día. Sí, mírate en el espejo mujer hermosa y siéntete bella, porque eres tú. Mírate y mira en el espejo tu propio porvenir.  Desnuda ante tus ojos,  eres cada vez más tú,  pero mírate en tu espejo de mujer y reflexiona sobre ti misma.

Mírate y piensa,  tú eres otra mujer, una mujer capaz de lo mejor, segura de sí,  una mujer triunfadora en la vida,  una mujer contundente en su andar,  luchadora, que conquista lo que desea,  una mujer soñadora que hace sus propios sueños realidad, una mujer con las riendas de su vida entre sus propias manos,  que atesora bien el amor, que no conoce imposibles.

Sí, eres otra mujer cuando te atreves a ser tú misma y vencerte a ti en el implacable espejo. Así eres más bella. Aun cuando a cada paso, eres otra mujer, sigues siendo la misma.  Mírate en el espejo y no te vayas triste. Porque no estás sola ¡Estás contigo! Abrázate el alma mujer. Qué eres tú tu propia obra y tu poema es la vida.

Después de leerte a ti misma esta carta, léela a tu amiga, que ella también es otra mujer, cuando es más ella misma.   Ahora eres otra mujer, ahora que eres tú misma. Y eres tú misma, cuando eres otra mujer. Porque eres auténtica como tu vida, porque no imitas delirando que los otros son tú, o que te pertenece lo que no es tuyo, porque no te impones, ni impones tu imagen, ni usurpas la de los demás.

En fin, eres una bella, mujer,  porque eres tú misma. Eres hermosa porque no te enajenas en el espejo de los demás. Hazte un favor mujer, y mírate en el espejo para mirarte a ti misma a los ojos, bella mujer. Mírate, péinate el alma y el cuerpo y  vístetelo de poesía, arregla tus pestañas y tus mejillas, que cuando mires a los ojos a quienes de verdad te aman ¡vas a sonreír! Y te verás más linda
Damos las gracias a Andrea por esta preciosa carta a cualquier mujer