Lo que importa verdaderamente en la vida no son los objetivos que nos marcamos, sino los caminos que seguimos para lograrlos.
(Peter Bamm)

Deberíamos usar el pasado como trampolín y no como sofá
(Macmillan, Harold)

El recuerdo es el único paraíso del cual no podemos ser expulsados
(Richter, Johan Paul Fr)

¿Quieres ser rico? Pues no te afanes es aumentar tus bienes, sino en disminuir tu codicia
(Epicuro)

No os toméis la vida demasiado en serio; de todas maneras no saldréis vivos de ella.
(Bernard Fontenelle)

El dinero no nos proporciona amigos, sino enemigos de mejor calidad.
(Noél Coward)

El nacimiento y la muerte no son dos estados distintos, sino dos aspectos del mismo estado
(Mahatma Gandhi)

Se puede confiar en las malas personas, no cambian jamás
(Faulkner, William)

Todos vivímos bajo el mismo cielo, pero ninguno tiene el mismo horizonte
(Adenauer, Konrad)

La más estricta justicia no creo que sea siempre la mejor política.
(Abraham Lincoln)

Ningún hombre es lo bastante bueno para gobernar a otros sin su consentimiento.
(Abraham Lincoln)

Si falta la diplomacia, recurrid a la mujer
(Goldoni, Carlo)

El mundo no está en peligro por las malas personas sino por aquellas que permiten la maldad
(Einstein, Albert)

La mayor declaración de amor es la que no se hace; el hombre que siente mucho, habla poco
(Platón)

El sabio no dice nunca todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice
(Aristóteles)

Las guerras seguirán mientras el color de la piel siga siendo más importante que el de los ojos
(Marley, Bob)

En este mundo hay tres tipos de personas, las que hacen que las cosas sucedan, las que miran como suceden y las que siempre se preguntan que ha sucedido. De ti depende ser una de ellas.

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