Todo empezó una noche, yo estaba aburrida tumbada en cama cuando de pronto me llegó un mensaje directo, era de un chico de Madrid, le contesté al mensaje muy amable y ahí empezó nuestra conversación. Recuerdo que pasamos unas cuantas horas hablando y riéndonos.
Hablábamos todos los días a todas las horas, nos reíamos, nos contábamos nuestros problemas, nos ayudábamos… Llegó un momento que me empezó a gustar, cuando no hablaba con él lo echaba en falta, echaba en falta sus tonterías, sus enfados por a veces olvidarme de contestarle a los mensajes que me enviaba, etc… Yo no quería nada serio con él, ya que él es de Madrid y yo de Galicia, pero pasaron los meses y seguíamos hablando y fue cuando me di cuenta a los 3 meses que realmente me gustaba, me gustaba su acento madrileño, su carita, su forma de expresarse, su risa…
Pasaron los meses y todo empezó a cambiar, él y yo o estábamos a buenas o estábamos a malas, nos queríamos (por lo menos yo) pero discutíamos. Un día bajé a dar una vuelta con una amiga, y me llegó un mensaje de él, lo abrí y me había enviado una foto, yo no tenía espacio en el móvil así que le pasé el número de mi amiga y le dije que me la pasara por ahí. Al abrir la foto me quede sorprendida, era una foto un poco privada, inmediatamente le dije a mi amiga que la borrara, él y ella estuvieron hablando toda la tarde, yo no me sentía celosa porque mi amiga tenía novio y aparte él estaba lejos. A la mañana siguiente en clase, mi amiga me enseñó una conversación que había tenido con él, la leí y me sentí fatal todo el resto del día, en la conversación él la llamaba bonita y decía que tenía muy buen cuerpo.
Después de leer eso todo perdí la confianza en él. Él me pidió perdón, y volvimos a hablar, pero desconfiaba de él, pensaba para mí misma “Si le dice eso a ella, no me quiero imaginar que hará con las de allí.”. Pasaron los meses y recuperé la confianza, pero no del todo, el chico me gustaba bastante y me reía mucho con él, hasta que tuvimos otro problema, él me pedía fotos privadas y yo me enfadé mucho con él ya que no las quería enviar, me insistió tanto que le mandé algunas. Entonces empezó a hablar con otras chicas y yo estaba muy celosa. Discutimos y me amenazó con colgar mis fotos privadas en internet, entonces lo empecé a odiar. Pasaron semanas y todo empezó a cambiar, y por fin me comentó que había encontrado a otra chica y que estaban bastante bien. Ahora es cuando me he dado cuenta de que por mucho que quieras a una persona el daño que te hace no se va, aunque intentes cambiar o por mucho perdón que te pida, el daño queda en ti mismo y por mucho que quieras olvidar siempre quedarán esas cicatrices que te recuerden todas las caídas que tuviste con esa misma piedra. Resultado, una gran experiencia con resultado negativo.
Lucia
Damos las gracias a Lucia por esta carta y esperamos que pronto encuentre a su verdadero amor.