Madre:
Eres en mi vida mi mejor recuerdo, anhelo de mi infancia tan querida.
Recuerdo tu figura lánguida ir y venir, buscando el pan de cada día.
Contigo nuestra vida fue un paraje de luz, a pesar de que muchas veces tu semblante se ensombrecía de tristeza.

Por no encontrar la forma de sustentarnos, madre, éramos tantos,
algunos aún pequeños, con poco trabajo, y demasiada necesidad.
Luchaste tanto, nos diste todo lo mejor que pudiste y sembraste ejemplos, amor, bondad, ternura, todo aquello que el dinero no puede comprar.

Hoy que ha pasado el tiempo, entiendo tus lágrimas, agradezco cada pequeña cosa que me diste, el amor que brindaste a cada uno de tus hijos.
Me siento triste nunca te pude ayudar como anhelaba, ahora ya no estas, viajaste lejos.

Ya no puedo verte, materializarte ante mis ojos, ya no escucho tu risa, ni el sonido de tus pasos venir hacia mí.
Ya no pudo abrazarte, darte un beso, mimarte. Pero sabes, vives en cada recuerdo, en cada sonrisa, en las gotas de lluvia, en el cantar del viento, en las sombras lejanas de mis recuerdos.

Sabes Madre, te amo, gracias por el ayer, por el hoy, por mañana, por ese mañana que yo sé que es incierto.
Seguro madre amada que me miras desde lejos, ahora estás feliz, ya no sufres no lloras, eres el ángel que vela cada noche mis sueños.
Solo quiero que sepas cuanto, cuanto te quiero.

Tu hija.

Noemi
Agradecemos a Noemi esta preciosa carta recordando a su madre.