Hola, hoy he pensado en usted, hace tiempo que no la he vuelto a ver
porque me dijeron que el colegio ya no la quería y me pregunté por qué,
si cuando la tuve de maestra me atendió con tanto amor, me entregó
tantas alegrías, me escuchó cuando nadie lo hizo y jamás me reprochó el
haberme equivocado.

Hoy he escrito esta carta para usted, aunque seguramente jamás la lea,
esta carta es solo para usted, aunque tal vez  yo no vuelva a estar a
su lado y usted piense que la he olvidado. Sabe profesora, los colegios
no saben que a los alumnos nos hacen falta personas como usted, personas
de buen corazón, amables, gentiles, alegres, informales, respetuosas, los colegios no valoran a las personas como usted, simplemente se
deshacen de ellas y nos hacen sentir huérfanos.

Profesora, no sabe la falta que me hace, no sabe cómo la estoy
extrañando ahora, cuando veo que todos corren, cuando veo que en los
recreos usted ya no está y sobretodo,   cuando otra persona enseña su
asignatura, pero lo hace sin alegría, sin saber  qué
pensamos o cómo sentimos o lo qué nos gusta, sin saber nada de nosotros,
no entiende que somos jóvenes que nos
equivocamos, que,  también amamos, que sentimos, que nos aburrimos o
simplemente que también lloramos a los profesores que se van y  los extrañamos.

¿Sabe? ya no quiero ir al colegio,  pero  me anima su recuerdo y
escribirle esta carta me ha servido para poder hablar con usted, aunque
tal vez, jamás llegue a saberlo.

Gracias, por entrar en mi vida y
cambiarla,  sí, yo soy esa,  la rebelde, la que todos querían echar, la
que según decían no tenía remedio  y usted creyó en mí, y me ayudó a superarme.

Ahora solo quiero despedirme y decirle: Profesora,   nunca la voy a olvidar y lamento  su
partida.
Para mi profesora Paz.

 

Fernanda

Damos las gracias a Fernanda por esta preciosa carta para su profesora