Un hombre está muy triste porque perdió al amor de su vida, al que siempre le escribía poemas.
Ahora le tiemblan las manos al pensar que no podrá escribir más  poemas ni frases a su gran amor,  qué lo hacia muy feliz, las letras qué le escribía eran muy dulces.

Ahora qué no está su gran amor no puede ver las cosas igual, porque el mar de los olvidos quiere llevar sus recuerdos y él pelea contra viento y marea tratando de proteger lo qué fue un amor verdadero.

Para él, el cielo se tiño de oscuridad, ha perdido su color azul.

Las estrellas lo observan  y la luna las acompaña. Siempre le ven muy triste y en las noches solitarias  llora con dolor la pérdida de su amor.  Su corazón cada día está tratando de mantenerlo con vida.
Porque él se ha rendido.
La tristeza de su alma es muy profunda.

Al ver tanta tristeza, un ángel bajo del cielo, porque habían pasado siete meses y siempre lo veía con la misma pena.
Él Ángel se puso delante de él y le dijo al oído !Quiero que estés tranquilo, y que sepas que tu amada se encuentra bien!

Pasaron los días y llegó el mes de noviembre; ahora el hombre está  escribiendo un poema en plena noche, sentado en su cama.  Gira su rostro hacia la ventana y ve brillar una gran estrella.

Él imagina qué es su gran amor y sus ojos brillan y empieza a llorar. No con lágrimas de tristeza sino  de amor. Porque sabe que ella está viva en él y nunca la olvida en ningún momento. Pero de repente, su habitación se iluminó con una gran luz.
El hombre mira sorprendido hacia los pies de su cama y entonces ve un ángel muy hermoso llamada Luz, con una sonrisa ella le dice:

¡No llores, si me amas te esperaré en el cielo!
Él trato de ponerse en pie rápidamente de la cama para estar junto a su ángel pero ella desapareció.

Al día siguiente escribió su mejor poema de amor dedicado a su amada.
Al terminar él poema sonrió y dijo ¡esto es para ti mi cielo! Mientras tanto sus pestañas se iban cerrando pero su rostro no perdía la sonrisa.
El gran poeta soñador murió de amor; al instante él cielo oscuro se iluminó mientras en el dormitorio el alma del poeta se ponía en pie y  en medio de esa gran luz vio una mano y al tocarla se dio cuenta de qué era su amor
Ella lo estaba esperando. Y le dijo !El verdadero amor nunca muere! Y juntos ascendieron  al cielo.

Christian Novelli

Damos las gracias a Christian por su hermosa y triste carta.