Quiero compartir con ustedes mi historia de amor:

Cuando tenía cuatro años, conocí a alguien que me hizo vibrar un amor puro que nunca se pudo esfumar de mi vida y perdura aún en años, éramos muy chiquitos la misma edad, jugábamos juntos todo el tiempo. Había una sola diferencia entre nosotros que hoy al contarlo aún lloro, la maldita clase social, él tenía dinero y yo era muy pobre. Me acuerdo como si fuera hoy, todos los días a las 18.00hrs en punto él iba a buscarme para jugar con un grupito de amigos que teníamos, como no había forma para justificar las golosinas que él me traía, decíamos que él era el Papá Noel y compartíamos la merienda juntos.

Pasaron los años y cada vez yo sentía que lo amaba profundamente, pero mi amor por vergüenza se mantuvo en silencio. Cuando yo tenía 14 años me regaló una cadenita de oro con los aritos y mi madre muy asustada porque no sabía de donde salieron me golpeó y me dijo que se lo fuera a devolver a su madre. Así fue, ese día sentí que me rompían el alma porque veía que ese amor era imposible, pues mis padres decían que él no era para mí.

El tiempo pasó y un buen día tomé la decisión de viajar a la capital federal a trabajar, así fue sin saber si él aún me quería. Con un dolor en el alma y el recuerdo patente de ese amor me alejé. Al año de que me vine me enteré que estaba de novio con una amiga mía y fue tanto el dolor y el despecho que sentí en ese momento que decidí casarme con un compañero de trabajo sin conocerlo mucho.

De esa relación mía nació mi hijo, cinco años después me divorcié porque me maltrataba. Empecé a estudiar y no sé si fue el destino, pero Dios me dio cosas valiosas como un buen trabajo y un buen día lo encuentro por internet a él, sí, al amor de mi vida (Fabián) y me dijo que hacía más de 20 años que me amaba que yo seguía siendo su verdadero amor, pero lamentablemente ya rehízo su vida y yo estoy sola recordándolo cada mañana o cada noche que sé que nunca vamos a poder estar juntos.

Nunca dejes que nada ni nadie te aleje de tu verdadero amor.
Saludos, Cris

Gracias a Cris por compartir el relato de su vida.