Querido amigo. Te fui conociendo poco a poco, supiste de mis penas y te fui sintiendo cerca mí. Mis lágrimas, un día, las detuviste tú, con unas palabras que aún guardo en mi teléfono y guardo en mi alma, fueron mi fortaleza. Un día te soñé y pude sentir tus labios, fue tan real que aún te siento, tu voz es una melodía para mí. Cuando pienso en ti, siento miedo por haber estado cerca de alguien que no me amó pero es tu amigo. Nunca dejaré de pensar en ti sólo dame la oportunidad de soñarte.

Gracias a Caridad por esta carta romántica