Te quiero mucho mi amor, no supe ser tierno ni consentirte, pero vienen días mejores… no sabemos cuándo, esperemos en Dios que pronto.

Lucharé con todas mis fuerzas por hacer realidad tus sueños, esos sueños de un futuro lleno de esperanza. No desfallezcas mi amor; me pides que busque el apoyo de Dios y de mi familia, tu mi amor, serás mi guía espiritual y mi mayor apoyo contra las tentaciones. Todo mi entusiasmo y positivismo se enfocarán en buscar mi crecimiento espiritual y emplearé toda mi capacidad en vivir de acuerdo a las normas divinas, tú me ayudarás…

Quiero disfrutar de la enorme bendición y el privilegio de ser tu esposo. Nuestra relación se está fortaleciendo con todo esto, te quiero mucho mi amor y quiero amarte siempre… Sinceramente, Tuyo.

Gracias a Eduardo por esta carta de amor.